Breve gramática y léxico de la Trinidad[1]
1. Formulación del misterio. En Dios hay
tres personas: Padre, Hijo y
Espíritu Santo; y cada una de
ellas posee la esencia divina que es
numéricamente la misma.
2. Esencia, naturaleza o sustancia divina.
Son tres términos con los que se designa el conjunto de las perfecciones de Dios,
comunes a las tres personas.
3. Procesiones divinas. Procesión divina
inmanente es el origen de una persona divina de otra, por la comunicación de la
esencia divina numéricamente una. Las
procesiones inmanentes en Dios son dos: la del Hijo que procede del Padre por vía
de generación intelectual; y la del Espíritu Santo que procede del Padre y del
Hijo, como de un solo principio y por medio de una única espiración de amor.
4. Relaciones divinas. Son las referencias
existentes entre una persona y otra. Están implícitas en los nombres personales
de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Surgen en forma binaria de las dos procesiones
divinas inmanentes. Son cuatro:
a)
la relación del Padre
al Hijo: generación activa
o paternidad;
b) la relación del Hijo al Padre: generación
pasiva o filiación;
c) la relación del Padre y del Hijo al
Espíritu Santo: espiración activa;[2]
d) la relación del Espíritu Santo al Padre y
al Hijo: espiración pasiva.
5. Personas o
hipóstasis divinas. Persona divina es una relación divina inmanente con las
notas de sustancial e incomunicable. Las
personas o hipóstasis divinas son tres y son las tres relaciones mutuamente
opuestas de paternidad, filiación y espiración pasiva. La paternidad constituye
la persona del Padre, la filiación la del Hijo y la espiración pasiva la del
Espíritu Santo.
6. Propiedades
divinas. Son notas peculiares que convienen únicamente a una persona divina y distinguen a ésta de las
otras dos. Son la paternidad e innascibilidad del Padre, la filiación del Hijo
y la espiración pasiva del Espíritu Santo. La espiración activa, por ser característica
común de dos personas, del Padre y del Hijo, no es propiedad en sentido
estricto. La innascibilidad del Padre
es considerada como propiedad por
cuanto expresa el hecho de que el Padre no tiene origen y es, a su vez,
principio original de las otras dos personas.
7. Nociones
divinas. Son las características por las cuales conocemos y distinguimos a las
divinas personas. Coinciden de hecho con las propiedades. Las nociones de las
personas divinas son la innascencia y la generación activa, como característica del Padre; la generación pasiva, como
característica del Hijo; la espiración
pasiva, como característica
del Espíritu Santo.
8. Circuminsesión
trinitaria o pericoresis. Es la mutua compenetración e inhabitación de las tres
divinas personas entre sí. Su base metafísica es la unidad numérica de la
sustancia de las tres personas, y su cumbre moral es el don mutuo de las
personas entre sí.
9. Apropiaciones
divinas. La apropiación consiste en predicar de un modo especial a una sola
persona un atributo o una operación divina común a las tres. Las apropiaciones
tienen por fin manifestarnos de forma intuitiva las propiedades y caracteres
personales de las tres hipóstasis que hay en Dios.
10. Las misiones divinas. La misión divina es
el hecho por el que una persona es enviada por otra, de la cual procede, al
universo creado, para cumplir un efecto temporal. Las misiones reflejan el
orden de origen de las personas divinas: el Padre envía, pero no es enviado; el
Hijo es enviado y envía; el Espíritu Santo es enviado, pero no envía. Las
misiones se dividen en visibles e invisibles, según que la presencia de la
persona enviada sea perceptible por los sentidos o no. Ejemplos de misión
visible son la encarnación del Hijo y la misión del Espíritu Santo bajo el
símbolo sensible de una paloma o de lenguas de fuego. La misión invisible tiene
lugar cuando Dios confiere la gracia santificante y tiene por fin la
inhabitación de Dios en el alma del justo. Tal inhabitación es atribuida
ge-neralmente, en la Sagrada Escritura, al Espíritu Santo.
11. Visto lo cual,
podemos decir (mnemotécnicamente) que en la Trinidad tenemos una esencia, dos
procesiones, tres personas, cuatro relaciones y cinco nociones.
[1]
Tomado de: H. J. Valla, La Trinidad y nosotros, Buenos Aires,
1985, 107-111; y levemente retocado por mí.
[2]
Relación que no constituye una persona distinta (como sí sucede con las otras
tres) pues en este caso es el acto común del Padre y del Hijo…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario